Elige tus batallas sabiamente
- valentin galesio
- 23 may 2022
- 21 Min. de lectura
Actualizado: 29 may 2022

Una batalla con la incertidumbre
Hace un tiempo escribí un artículo sobre el enojo, una emoción que nos interpela a todos y cada uno de nosotros. Esta surge cuando hay un obstáculo que no nos permite avanzar y cumplir con nuestros deseos, es decir se presenta en forma de "frustración". El cuerpo lo que hace es generar una sobrecarga de energía asociada a ese deseo para poder superar todos esos obstáculos y lograr lo que queremos. En cierta medida es una emoción que nos habilita a actuar, a movernos y por supuesto a "luchar". Pero, ¿contra qué estamos luchando?.
A veces por el simple hecho de luchar contra ese "obstáculo" dejamos las cosas peores de como estaban. Es como si nuestra intervención desde esta emoción no diera los frutos que queremos y además luego de la situación nos sentimos decepcionados de nosotros mismos, cansados y más frustrados aún. En las guerras pasa algo similar, por más que logremos nuestro objetivo, "vencer al enemigo", resultamos maltrechos, heridos y nuestros recursos se encuentran mermados. Defender esa "causa" nos dejó peor que cuando empezamos.
La lucha es parte de la vida, nos encontramos con ella cada vez que salimos al mundo. Nacemos y de repente sentimos el aire, vemos a un gigante vestido con un delantal blanco que nos mira fijo y si no lloramos nos pega para que lo hagamos, percibimos olores, luces, en fin dejamos el lugar placido y calentito en el que estábamos para enfrentarnos a un mundo que de buenas a primeras se nos presenta hostil. Lo mismo sucede cuando empezamos un trabajo nuevo, un emprendimiento o proyecto creativo. Las variables son siempre cambiantes y tenemos muchas batallas por librar. Ustedes se preguntarán, pero Valentin. ¿Contra qué batallamos?.
"Las cosas no salieron como quería", mi jefe no es el que me imagine, mis compañeros no me tratan como me gustaría, el emprendimiento lleva tres meses sin dar rentabilidad, no se me ocurren ideas, etc. Una cosa es imaginar un futuro posible y trabajar mucho por el, otra es pretender que las cosas salgan como queremos. Tengo que decirles que el 99,9% de las veces las cosas no salen como queremos, el mapa no es el territorio y una variable por mas ínfima que sea puede cambiar toda la ecuación. Esta es la principal batalla.
Es una batalla contra nosotros mismos y por supuesto, contra todos esos ideales que teníamos. Es una batalla contra la frustración, contra el enojo desmedido que nos genera que las cosas no salgan como queremos, es una batalla contra la desesperación, contra el no saber, en si misma es una batalla contra la "incertidumbre".
No saber que va a pasar nos pone en un estado donde cualquier cosa nueva puede conducirnos a una lucha sin fin. Nos resistimos a que estas "cosas" pasen, pero pasan y muchas veces no sabemos como responder a ellas. Esta situación nos lleva a reaccionar ante las circunstancias, apagar incendios y por supuesto no mirar las cosas en profundidad para encontrar la mejor solución en entornos siempre cambiantes.
Entonces, si tenemos una batalla contra la incertidumbre, ¿cómo hacemos para lucharla inteligentemente? y por ende ¿cómo hacemos para responder con habilidad a las circunstancias siempre cambiantes de nuestra vida, obteniendo en el camino los mejores resultados posibles?.
Hay una frase que dice "si te enojas, perdes", la escuché y leí muchas veces. Es como un mandato social, te enojaste, lo manifestaste y desde ahí todo lo que digas no va a ser escuchado. Desde la energía de la ira las cosas pierden un poquito de sentido. Pero me gustaría que lo miremos con un poco más de profundidad, la cuestión no está en la ira en si misma, sino en su "expresión".
Como ya sabemos las emociones surgen y no las podemos controlar, es decir, no podemos frenarlas. Es como ir super rápido en tu bicicleta y apretar los frenos de golpe, seguramente salgas volando y te pegues un porrazo. La clave está en comenzar a "gestionar tus emociones" y en términos del enojo o la ira, en "elegir tus batallas de manera inteligente".
Quien mejor para darnos una mano con esto que Sun Tzu en su libro "El Arte de la Guerra"...
Elegí tus batallas sabiamente
El Arte de la Guerra es una obra de más de 25 siglos de antigüedad, es uno de los textos clásicos chinos más importantes y, a pesar del tiempo transcurrido, ninguna de sus máximas ha quedado obsoleta, cada uno de sus consejos sigue siendo tan útil como cuando se escribió.
Sun Tzu se enfoca en comprender los orígenes de un conflicto y buscar una solución, brindando las claves para entenderlo y salir victorioso de él, y en especial para evitarlo. Plantea una guía práctica para la aplicación sabia del conocimiento de la naturaleza humana en momentos adversos.
Aunque su título parece indicar lo contrario, esta obra versa especialmente sobre la paz, sobre mantener el equilibrio Ying-Yang y optimizar la energía, ya que en sus palabras, "arte de la guerra consiste en vencer al enemigo sin luchar".
Les voy a compartir 4 reflexiones de Sun Tzu, las cuales relacioné con la vida cotidiana, que pueden ayudarlos a elegir sus batallas con sabiduría, a "enojarse inteligentemente" y por supuesto a sacar el mejor provecho de esa energía extra que nos brinda el enojo y la frustración.
1. "En terrenos difíciles no se debe acampar"
¿Qué es un "terreno difícil"?, queda claro que cuando acampamos no deberíamos hacerlo en terrenos repletos de piedras puntiagudas, arrollos o pendientes. De hacerlo es muy probable que nuestra carpa no sobreviva a las vicisitudes del ambiente, se hunda o termine destrozada en un barranco. Lo mismo sucede en las situaciones de nuestra vida, la clave para una buena negociación es posicionarnos correctamente y más aún cuando estamos negociando con la incertidumbre.
Todo asentamiento empieza con un acampe, empezamos nuestros emprendimientos la mayoría de las veces con los recursos justos, solo tenemos una carpa y cerillas para una fogata. A medida que comenzamos a tener nuevos clientes, un equipo de trabajo mas cohesionado y más recursos nuestro proyecto crece y podemos decir que se convierte en una ciudad. ¿Qué pasaría si el terreno donde acampamos en un principio es hostil y complicado?, seguramente estemos expuestos a muchos problemas o cosas por resolver, por ende las cosas no van a salir como queremos y se van a alejar un montón de nuestro plan, el resultado: Frustración y una ciudad (nuestro proyecto) bastante torcida.
La clave para ganarle esta pequeña batalla a la incertidumbre es establecernos en lugares conocidos, sobre todo al principio de nuestras aventuras. Contrario a la creencia popular que dice "para tener resultados en tu vida tenés que salir de tu zona de confort", yo pienso que lo ideal no está en "salir" de ahí, sino en pensar ¿cómo puedo expandir mi zona de confort? y por consiguiente ¿qué tiene de malo sentirse confortable?. Crecer sintiendo dolor, es crecer peleándonos con la incertidumbre.
Empezar desde lo que sabemos e ir añadiéndole cosas de a poco para expandirlo es la base para un crecimiento coherente y armónico.
Un terreno difícil es un espacio donde las situaciones están fuera de nuestra influencia ya que se encuentran lejos de nuestras capacidades o recursos actuales. Es el clásico ejemplo de querer correr antes que caminar. El esfuerzo que tiene que hacer un corredor principiante para ganar una carrera de 20 km es inmenso y si por esas casualidades puede ganarla, seguramente llegue totalmente acalambrado y lesionado. Empezar desde un terreno más simple, una carrera de 5 km, le va a permitir tomar confianza y llegar de una manera equilibrada a cumplir con su objetivo de 20 km.
Otra característica que tienen los terrenos difíciles es que son "incomodos". Lo bueno de la incomodidad es que nos invita a actuar, a movernos. Por eso no es aconsejable detenernos y acampar ahí. La idea es que esa incomodidad nos invite a cambiar la situación que estamos viviendo. "
"Toda incomodidad es un indicador de que tal vez sea momento de seguir nuestro viaje".
"La clave está en empezar nuestras aventuras desde una posición solida y conocida para luego expandirla hacia nuevos horizontes"...
2. "En terrenos donde se intersectan caminos hay que formar alianzas"
Tarde o temprano los caminos se cruzan, no lo podemos prever. Creo que ninguna de las líneas de la vida es perfectamente paralela, tarde o temprano todo se vuelve perpendicular. Esto se debe principalmente a que todos y cada uno de nosotros tenemos una cierta "inclinación". Los invito a dibujar dos líneas contiguas, una recta a 90° y la otra con una pequeñísima inclinación de 10°, en algún momento se van a cruzar. Tu opinión y la del otro, tus ideas y el mundo donde las querés aplicar, tu imaginación y los hechos, la realidad es diferente a lo que pensamos.
Cuando nos damos cuenta de esto, cuando percibimos que lo que nosotros teníamos en mente no se refleja en nuestro mundo material exactamente como lo pensamos nos ataca la frustración, nos acorrala en una esquina del ring, esquivamos y bloqueamos los golpes intentando contenerla, pensamos que casi no hay salida, pero la hay y por supuesto la clave está en el "movimiento".
La incertidumbre es el punto de nuestra imaginación donde esas líneas se unen, es el momento previo al golpe de la frustración, ese segundo que tenemos para reflexionar y adaptarnos para esquivarlo, contenerlo o movernos y así quedar en una mejor posición. Tu mente crea los caminos que piensa, según su experiencia previa, son los mejores para conseguir los resultados que espera. Lo gracioso es que como lo expresé anteriormente, hablamos de usar "experiencias previas" que son propiedad del pasado y no de tu presente.
Como podemos ver encontramos una intersección. Tu mente se choca con muros donde antes encontraba caminos despejados, el contexto cambió pero tus ideas se quedaron inertes, es como intentar bajarse de una calesita en movimiento, al principio vas a avanzar pero seguramente dando tumbos, cayéndote, hasta que sin dudas tengas que parar un segundo y amoldarte a la "inercia" de lo que está pasando . El mundo se sigue moviendo y tu mente se mantiene fiel a los caminitos que siempre usó y que cree son los que van a mantener tu seguridad.
En tu batalla con la incertidumbre, lo mejor es intentar forjar una amistad entre tu imaginación y la realidad.
La idea, como lo dice Sun Tzu, es intentar forjar alianzas. Aliarnos con ese espacio donde no tenemos certezas, donde las oportunidades son infinitas. Cuando nos aliamos con alguien intentamos encontrar puntos en común, espacios donde cada una de las partes de la situación pueda expresarse sin coartar la libertad de la otra.
"Encontramos belleza, no en la cosa misma, sino en los patrones de sombras, la luz y oscuridad que crea una cosa sobre otra... Si no fuera por las sombras, no habría belleza", Junichiro Tanizaki.
Las sombras de la realidad se solapan con las luces de nuestra imaginación formando patrones, tramas conjuntas que siembran las bases del momento presente.
No somos si no es por las sombras que otras cosas proyectan en nosotros, sombras vestidas de incertidumbre, bailando entre nosotros a contra luz. A veces es como si nuestra mente intentara tapar el sol con el dedo, es imposible, pero desde nuestra perspectiva creemos que lo estamos haciendo, o al menos creamos una pequeña sombra y eso es lo que vale.
Adaptarnos es usar esas sombras a nuestro favor, es identificar cuales son las variables de tu plan que no están saliendo como esperabas y modificarlas.
En este punto es muy importante tener un gran sentido de la observación, comprender cuales son los patrones con los cuales se mueve la luz para poder reflectarla de la mejor manera y así iluminar el camino de nuestros objetivos. Tal vez lo mejor no sea intentar tapar la luz del sol con un dedo para que no queme tus cosechas, sino que cambiar tu plantación de lugar, construir un invernadero o buscar una variedad de planta que se adecúe a esa magnitud de calor.
En la batalla con la incertidumbre, no intentamos imponerle nuestras condiciones, intentamos negociar con ella, luchar pero sin hacerlo, buscar un ganar ganar donde ambas partes estén contentas y puedan expresarse sin sobrepasar los deseos de la otra.
Cada punto de la existencia tiene el derecho de expresarse como quiere, hay puntos donde nos vamos a cruzar, pero siempre podemos hacer algo para lograr un objetivo que nos deje satisfechos y en paz.
La pregunta que les hago es ¿cómo pueden hacer para adaptarse a la incertidumbre manteniéndose fieles a ustedes mismos?. El poder no reside en las cosas, las cosas tienen poder porque nosotros se lo atribuimos y para poder dar fuerza y entidad a algo primero tenemos que tener esa fuerza en nosotros mismos. Esa fuerza se encuentra en nuestros valores, en aquellas creencias que consideramos valiosas, en aquellos pensamientos que percibimos que aportan algo.
El punto de intersección entre la imaginación y la incertidumbre son los principios y valores. Todo esto sucede en tu mente, primero imaginamos, luego accionamos sobre esa imaginación y eso genera una manifestación en el mundo. Pensas tu empresa, la llevas a cabo y generas cambios. En el medio entre tu pensar y tu acción pasa todo esto, frustración, miedos, emociones, miles de puntos de intersección con los cuales amigarnos, solaparnos y negociar constantemente.
La negociación no es con las cosas que pasan, es con tus valores.
Desarrollar principios y valores firmes te permite embarcarte en el mar de la incertidumbre con un barco en condiciones, marineros de experiencia y comida suficiente para vivir una aventura con sentido. Ese sentido es el que vos le des, por más que las circunstancias cambien tenés a tu tripulación interna.
Embarcarse hacia lo desconocido puede generar frustración, pero solo lo hace si no nos mantenemos fieles a nuestra tripulación. Por eso te invito a hacerte las siguientes preguntas, sobre todo si estas en una encrucijada, en la esquina del ring o con el barco roto.
¿Cómo podés sacar el mayor provecho de esta situación?
¿Qué necesita de vos la situación?
¿Cuál es el cambio necesario?
Y la mejor de todas, esa en la que pones tu barco en condiciones para zarpar, esa en la que te moves de la esquina del ring, esa en la que reflejas la luz hacia los espacios que necesitas.
¿Qué le podes ofrecer "vos" a esta situación?
No luchamos contra la incertidumbre, fluimos con ella.
Interpretamos sus variables y respondemos creando objetivos que nos permitan acortar las brechas que se crean entre nuestra imaginación y la realidad. Fluir es entrar en sincronía con lo que está pasando. Es adaptarnos, y permitir así que el entorno se adapte a nosotros. Ofrecemos algo a la situación, teniendo en cuenta sus variables.
El fluir es movimiento, al movernos, nuestras sucesivas posiciones dejan un rastro en nuestra memoria que nos permite apreciar el movimiento en su conjunto. Cuando ese movimiento posee cierto tipo de regularidad o simetría decimos que es "armonioso". La frustración sucede cuando no podemos ver las cosas en su conjunto, vamos como un caballo de carreras con sus anteojeras, orientándonos hacia un lugar específico, de esta manera cualquier obstáculo es insondable.
Adaptarnos y fluir consiste en sacarnos esas anteojeras y mirar el panorama en su conjunto.
"La batalla contra la incertidumbre la ganamos manteniéndonos flexibles, y como el agua, volviendo a nuestra posición luego de un golpe, una posición nutrida por nuestros valores y sostenida por las raíces de nuestros principios"...
3. "En terrenos peligrosamente aislados no hay que demorarse"
¿Cuántas veces te pasó de llegar tarde a resolver una situación por pensar demasiado en sus consecuencias?. A mi me paso muchas veces.
Una consecuencia es el resultado de la acción, es el producto del movimiento. Siempre que hacemos algo eso tiene una manifestación en el mundo. Cuando pensamos, cuando imaginamos no estamos haciendo, estamos "creando un plan" para accionar. El problema radica en cuando nos quedamos demasiado tiempo pensando, creando conexiones y por ende deducciones en nuestra mente sin comprobarlas empíricamente, es decir, sin honrar esos pensamientos experimentándolos en el mundo real.
En "terrenos peligrosamente aislados" no hay que demorarse. ¿Qué es un terreno aislado?, es un espacio de tu mente que esta sumamente alejado de la realidad. Es como sucede en los agujeros negros, un horizonte de sucesos. Según las teorías científicas existe una superficie esférica que rodea a un agujero negro en la cual la velocidad de escape coincide con la velocidad de la luz. No se trata de una superficie material, sino de un "límite exterior imaginario", un punto de no retorno: todo lo que atraviesa este límite cae irremediablemente al interior y por supuesto no sale.
Lo mismo pasa con tus ideas, cuando no las implementas quedan en tu mente, se pierden en ese horizonte de sucesos y es muy difícil que vuelvan a salir. Por eso la imaginación tiene una doble cara.
Mucho más que cualquier otra facultad, la imaginación, es lo que nos distingue a los seres humanos de cualquier otra especie del planeta. Sustenta todo logro singularmente humano.
Humildemente, nos llevó de las cavernas a las ciudades, nos permitió pasar del oscurantismo a la iluminación, nos ayudó a generar ideas y relacionarlas entre sí, a crear futuros posibles para luego materializarlos. Todo comienza con una idea, una percepción de que algo es factible, "una posibilidad". La imaginación es un fenómeno muy curioso, es un espacio en nuestra mente donde podemos visualizar, armar y desarmar, construir y destruir, probar y hasta experimentar, sin que eso tenga "consecuencias directas" en el mundo real. Es como un laboratorio donde probar nuestras hipótesis y teorías, donde las cosas pueden explotar sin hacernos un daño físico.
Imaginar es el principio de toda acción, es el inicio del movimiento, es el comienzo de la creación, pero no es la creación en si misma.
La imaginación no es la realidad. Por más colores que agreguemos, por más técnica y talento que apliquemos cuando creamos esos "escenarios", la imaginación es eso, ideas, pensamientos, energía, pero no es la realidad. Y muchas veces nos frustramos porque vivimos demasiado en nuestros espacios internos, pretendiendo que lo que vivimos, sea lo que pensamos. Alejarnos un rato esta buenísimo, probar teorías, analizar, proyectar y planificar, pero todo cobra sentido cuando se solapa con la realidad.
Como lo plantee antes, la incertidumbre es ese momento previo a la acción, es un instante que sucede en nuestra mente y que los motores gráficos de la imaginación diseñan para darnos una perspectiva de lo que podría llegar a venir. Es más, les diría que la incertidumbre sucede luego de la imaginación y cuanto más alejados estén esos "escenarios imaginarios" de la realidad que estamos por vivir, mayor es la incertidumbre. Hay un chiste en todo esto, no tenemos ni la más pálida idea de que es lo que va a pasar, así que la imaginación y su amiga la incertidumbre son parte de un mismo juego.
Creo que lo mejor es reírnos del chiste, planificar esta bien, hacerlo en exceso no. ¿Por qué no?, porque planificar sin llevar a la acción hace que el plan pierda todo el sentido para el cual se construyó.
Por eso, como dice Sun Tzu, demorarnos demasiado en el plan, nos aleja del momento presente y podemos perder muchas oportunidades en el proceso.
Este concepto es relacionable con la creatividad, con manifestarnos en el mundo. Somos seres sociales, nuestra identidad y hasta nuestro ego adquieren sentido desde el contraste con los demás, podemos ir super profundo y asumir que al vivir en sociedad, necesitamos de otros para sobrevivir. Manifestarnos honra ese contraste, aportamos al mundo, el nos responde y con esos estímulos estamos listos para volver a crear.
La realidad en si misma, el mundo de los hechos, es alimentación para nuestro proceso imaginativo.
En si mismo el progreso técnico y tecnológico es un resultado de nuestros procesos imaginativos, nutridos constantemente por la experiencia, es decir por la contrastación de las hipótesis que pensamos con el mundo real. Es la base de lo que llamamos el "progreso científico".
No nos alejemos tanto de la realidad, porque la necesitamos para imaginar y por ende para crecer y aprender. El aprendizaje es un proceso empírico.
Tal vez me estoy equivocando y somos seres omnipotentes que todo lo ven, nuestra imaginación es el contenido real de otras dimensiones y nuestros pensamientos en consecuencia representan otras realidades alternas, pero no quiero entrar ahí, al menos no hoy.
Hagamos un paréntesis, si llegaste hasta acá seguramente tenés muchas preguntas, ¿los pensamientos no generan ningún movimiento?, ¿lo que imaginamos nos lleva a actuar?, ¿los escenarios que creo en mi mente sirven para algo?, ¿qué pasa con las emociones y como impacta la imaginación en ellas?.
Siento que podría escribir un libro sobre este tema pero, en lo que respecta a este artículo, quiero centrarme en que nuestra imaginación y por ende nuestros pensamientos, que por supuesto son energía, son la base de nuestro accionar y nuestro accionar reduce la sensación de incertidumbre. Hacer las cosas, experimentarlas, es una forma de batallar contra ella, de ganarle la partida.
Haces y por ende tu ignorancia se disipa y se convierte en consciencia.
Para finalizar quiero enfatizar algo, nuestros pensamientos son energía. Cuando imaginas, sembras las semillas de lo que podría ser, pero sobre todo, creas emociones. Ya lo expresé en otros artículos, la emoción nos lleva a la acción y el enojo no se queda atrás. Pensar resultados catastróficos, te hace sentir emociones catastróficas, el resultado, acciones catastróficas.
"Imaginemos con los pies sobre la tierra"...
4. "En terrenos cerrados es necesario ser estratega y moverse con ingenio"
Hay momentos en nuestra vida donde los recursos son escasos, tenemos poco tiempo, dinero, ganas, energía, salud, oportunidades, apoyo, etc. Es en estos momentos donde avanzar se hace cuesta arriba, cada paso que damos cuesta un poco más que el anterior y gestionar lo que nos queda, administrarlo eficientemente, es la base para llegar sanos y salvos al final de la meta.
A esta "pesadez" podemos relacionarla con lo que en economía llamamos " la ley de los rendimientos marginales decrecientes". Esta se refiere a una ley económica de la "producción" que dice que si agregamos muchas unidades adicionales a un factor fijo, por ejemplo un campo de determinada cantidad de hectáreas, el factor fijo se agotará por sobreuso, generando una producción que crece cada vez menos, hasta que empieza a decrecer. Le querés poner más y más plantas al terreno, perjudicando la productividad y calidad de todas las otras. En este ejemplo estamos suponiendo que los recursos de la tierra no son infinitos, por lo que una planta más le quitaría recursos (agua, minerales, espacio, luz) a las otras. El resultado son un montón de plantas pequeñitas y una cosecha reducida.
Algo parecido pasa con nosotros. Tenemos, en el momento presente, una cantidad y cualidad de recursos específica, pretender hacer todo lo que queremos, sin administrar esos recursos con inteligencia, seguramente va a producir una merma en nuestra productividad, energía y salud.
Me puse muy económico, lo se, estudié licenciatura en administración y en algunos momentos tengo que dar rienda suelta a mi administrador interno.
Pero, continuemos. "Un terreno cerrado" es un momento de nuestra vida donde nuestros recursos energéticos, dinero, salud, motivación, etc, son escasos y igual queremos hacer un montón de cosas. "Querés poner tu emprendimiento, estar presente para tus hijos, hacer deporte, comer sano, tener vida social, estudiar y prepararte, trabajar y encima tener energía para salir de fiesta de vez en cuando".
Todo no se puede. Cuando te cargas de muchas cosas, la energía disminuye, por ende tu capacidad de acción efectiva se reduce y en consecuencia tu "sensación de capacidad" también. Eso aplaca tu confianza personal y te conduce a vivir la incertidumbre con emociones displacenteras. Cuando hacemos un montón de cosas, desordenadas y sin un rumbo claro, cualquier cosita que añadimos a la ecuación tiene todas las chances de terminar en un rendimiento marginal decreciente.
¿Cómo evitamos esta situación?, el maestro Sun Tzu nos dio una pista clara. En estos casos tenemos que ser estrategas y movernos con ingenio. Pero ¿qué es ser estratega?.
Una persona estratega de buenas a primeras es excelente estableciendo "prioridades". Esto es muy interesante, porque que algo sea o no importante para nosotros depende de muchos factores. Uno es la "urgencia", cuando algo es urgente es prioritario que orientemos todos nuestros recursos a solucionarlo, la urgencia la determina la medida en que ese suceso es crucial para nuestra supervivencia. Lo urgente, es prioritario. Pero, "no todo lo que prioricemos en la vida tiene que ser un suceso mortal".
La prioridad está íntimamente relacionada con nuestros "principios". Dependiendo el ámbito en el que nos movamos esos principios van a ser diferentes y un buen estratega no solo sabe establecer y determinar con claridad a que cosas es prioritario derivar los recursos, sino que también es capaz de desarrollar una serie de "principios guía" que orienten la acción hacia los resultados esperados.
Estos "principios" son lo que en la jerga administrativa llamamos "valores" y representan nuestra cultura interna, principios éticos y cimientos que definen nuestro comportamiento, es decir la manera, intensidad e inteligencia con las cuales implementamos la energía para actuar.
Los valores son aquellos significados fundamentales que guían nuestro modo de ser, de actuar y manifestarnos en el mundo.
Estos valores forman el pilar fundamental que guía nuestras acciones y nos permite establecer prioridades. Si establezco a la "libertad" como un valor, entonces voy a priorizar todos aquellos comportamientos que me acerquen a ello. Por ejemplo, voy a elegir decir que "no" cuando lo considere correcto respetando mi libertad personal y voy a aceptar los "no" de otras personas, cuando yo pida algo y me sea negado, respetando la de los demás.
Otra de las claves para ser un buen estratega está en "contextualizar" esos valores. La inteligencia desde mis perspectiva es en gran medida nuestra capacidad de adaptarnos al entorno y responder en consecuencia aportando bienestar tanto a nuestra vida como a la de los demás. Contextualizar es utilizar estos valores de manera inteligente adaptándolos eficientemente, es decir gastando la menor cantidad de recursos para generar el mejor resultado posible. Esto lo podemos lograr teniendo una "misión" o "propósito" claro.
La "misión" es el enunciado que define cual es tu razón de ser, personalidad e identidad que te constituye. Para definir la misión, no solo se contemplan tus valores, sino el para qué los estas aplicando, quien o quienes son los beneficiarios de tu comportamiento y cual es el "valor", valga la redundancia, que querés aportar. Hablo de valor en términos de bienestar.
La misión está claramente conectada con el contexto y la realidad, no es un constructo de la mente como los valores, sino que representa la manera en la cual aplicamos estos "principios fundamentales" a cada ámbito de nuestra vida. Por lo cual puede haber una misión para tu vida familiar, laboral, creativa, emprendedora, deportiva, etc.
El concepto de misión se expresa en tiempo presente, de manera concisa, acotada y dirigida hacia el objetivo que queremos lograr. La misión es el elemento que aglutina tus recursos en aquellas actividades que son prioritarias en torno a la satisfacción de tus objetivos personales.
Para ir recapitulando un poco... Un estratega es capaz de establecer prioridades, de determinar cuando algo es o no urgente. Establece esas prioridades gracias a determinar valores fundamentales que sirven de guía y los contextualiza entendiendo cual es el propósito de los mismos para cada contexto de su vida.
Un estratega, es un "visionario", una persona que puede ver más allá del contexto inmediato. La imaginación del estratega se nutre de la realidad, como vimos en el apartado anterior, para construir futuros con sentido. La visión es la capacidad de ver el todo por sobre las partes, es la capacidad de identificar patrones y adaptar las variables de la realidad a los objetivos propuestos.
De esta manera el estratega puede no solo definir "el qué y el cómo" sino que también el "hacia donde".
Ser visionario no es establecer un objetivo, es saber cual es el objetivo que tiene mas probabilidades de cumplirse, utilizando los recursos personales de manera inteligente, eficiente y eficaz.
Una vez que el estratega tiene una misión, visión y valores claros tiene las bases para desarrollar una "estrategia" para batallar contra la incertidumbre. Sabemos que "luchar contra lo que puede llegar a pasar" e intentar predecir todo a la perfección es imposible, lo repetí mil veces en este artículo, por eso "la estrategia" no pretende hacer eso.
La estrategia es un procedimiento dispuesto para la toma de decisiones y/o para accionar frente a un determinado escenario. Esto, buscando alcanzar uno o varios objetivos, cumpliendo con la misión, visión y valores previamente definidos.
Cuando actuamos estratégicamente, disminuimos la incertidumbre, el miedo y la frustración. Ya no son las circunstancias las que nos guían, sino que es nuestro plan y con él nuestra libertad de elección como conductora.
La estrategia es una manera de responder antes que reaccionar, es un subtítulo clave de la responsabilidad personal.
En este proceso lo que hacemos es ordenar las variables que se desprenden de la observación de la realidad y las combinamos para efectuar una hoja de ruta que contemple todos y cada uno de los obstáculos que nos podemos encontrar, las habilidades que tenemos que aprender, las personas y relaciones clave que nos podrían ayudar, los beneficios y por el otro lado los aspectos perjudiciales de nuestros comportamientos, los resultados esperados, las capacidades, los recursos disponibles, etc.
Una estrategia solida y cercana a la realidad es la clave para una administración eficiente de los recursos en "territorios cerrados". Pero esta no es la acción en si misma, para eso tenemos la táctica y por consiguiente la técnica.
La táctica hace referencia a todos los "movimientos inteligentes" necesarios para llevar a cabo el plan establecido estratégicamente. Podemos establecer la estrategia de poner una canción que genere la emoción de la alegría antes de dar una charla o ponencia con el fin de llegar más motivados a la misma, la táctica en este caso sería ir a conseguir un parlante, buscar la canción específica y definir el horario en que tenemos que ponerle play.
Estrategia y táctica se mueven en conjunto, la primera pone las pautas y la segunda las acciones clave para llevara a cabo dentro de un contexto especifico.
Una vez definidos todos estos conceptos llegó la hora de pasar a la acción. El estratega acciona teniendo presente sus recursos, misión, visión, valores, estrategias y tácticas. Pero por sobre todas las cosas es "inteligente" en el campo de batalla, me gustaría decir que hay una receta para actuar, que hay una "mejor manera de hacer las cosas" pero todo termina relacionándose con la capacidad de adaptación. La clave está en ser capaz de adaptarse a los cambios que el entorno presenta con respecto a nuestro plan estratégico conservando la integridad personal en el proceso. En este último paso el "ingenio" es sumamente importante.
La palabra "ingenio" viene del latín ingenium y significa "cualidades innatas". Un buen estratega confía en sus cualidades a la hora de enfrentarse a la realidad, asume la incertidumbre y la acepta como una posibilidad.
El principio del arte de la guerra consiste en no creer que el enemigo no vendrá, sino más bien, en confiar que estamos preparados para enfrentarlo...
"Nuestro acto de creatividad más común es la conversación espontánea: el arte de escuchar y responder , de interactuar, de captar los factores del entorno de manera inconsciente pero precisa, de modificar lo que hacemos según lo que vemos y oímos, lo que tocamos y hacemos: un feedback multidimensional. En nuestras vidas cotidianas, creamos y reconocemos conexiones todo el tiempo. Y así podemos bajar el arte del pedestal y ponerlo en el lugar que le corresponde: en el centro dinámico de nuestras vidas". Steven Nachmanovich.
Recapitulemos
El enojo es una emoción que nos interpela a todos y cada uno de nosotros. Esta surge cuando hay un obstáculo que no nos permite avanzar y cumplir con nuestros deseos, es decir se presenta en forma de "frustración".
A veces elegimos luchar contra las situaciones y en el camino contra la incertidumbre dejando las cosas peor de lo que estaban.
La clave está en comenzar a "gestionar tus emociones" y en términos del enojo o la ira, en "elegir tus batallas de manera inteligente".
Quien mejor que Sun Tzu con su libro "El Arte de la Guerra" para darnos una mano.
Les voy a compartir 4 reflexiones de Sun Tzu, las cuales relacioné con la vida cotidiana que pueden ayudarlos a elegir sus batallas con sabiduría.
1. "En terrenos difíciles no se debe acampar"
"La clave está en empezar nuestras aventuras desde una posición solida y conocida para luego expandirla hacia nuevos horizontes"...
2. "En terrenos donde se intersectan caminos hay que formar alianzas"
"La batalla contra la incertidumbre la ganamos manteniéndonos flexibles, y como el agua, volviendo a nuestra posición luego de un golpe, una posición nutrida por nuestros valores y sostenida por las raíces de nuestros principios"...
3. "En terrenos peligrosamente aislados no hay que demorarse"
"Imaginemos con los pies sobre la tierra"...
4. "En terrenos cerrados es necesario ser estratega y moverse con ingenio"
"El principio del arte de la guerra consiste en no creer que el enemigo no vendrá, sino más bien, en confiar que estamos preparados para enfrentarlo"...
FIN
Gracias por leerme, los escucho, tienen mis redes de contacto, pueden usarlas para comentarme que les hizo sentir esta reflexión y por supuesto de que temas les gustaría leer. Cualquier cosa es bienvenida. Sigamos sembrando juntos que algo lindo va a salir...
Un saludo y que tengan un lindo día.
VG - Coach.

Muy Interesante !!..nuestra zona de confort es el trampolín para todo lo que queremos lograr...GRACIAS!