¿Por qué es tan importante decir que "No"?
- valentin galesio
- 9 may 2022
- 19 Min. de lectura

¿Sentiste alguna vez la tensión entre lo que sabes que es correcto y lo que alguien te está presionando para que hagas?.
¿Dijiste que "si" alguna vez pero querías decir que "no" simplemente para evitar el conflicto?. ¿Te sentiste incómodo/a pensando en rechazar una invitación o un pedido de un jefe, colega, amigo/a, miembro de tu familia por miedo a decepcionarlos?.
¿Te venció la tentación aún sabiendo que lo que hiciste te va a causar remordimiento en el futuro?.
¿Aceptaste algún pedido que querías declinar por miedo a perderte una oportunidad?.
Son muchos los interrogantes que nos hacemos cada vez que nos cuesta decir que "no", si es que nos hacemos alguno. Por momentos usamos el "si" de maneras automáticas, como una muletilla que surge espontáneamente en nuestra relación con los demás y con nosotros mismos. Cualquier reacción ante las circunstancias y sobre todo las que están referidas a nuestros compromisos están íntimamente enlazadas con nuestros intereses y por ende generan un vínculo muy sólido con nuestro ser. Cada vez que reaccionas te estas comprometiendo con algo, ya sea si decís que no, si, tal vez o simplemente no expresas nada.
Responder con habilidad
Hablo de "reaccionar" y no de "responder", ya que la reacción la hacemos de manera inconsciente, es como si nos tocaran un botón que está conectado directamente con nuestro centro de acción del cerebro, entre los dos no existe ninguna parada para reflexionar o adecuar esa acción al contexto que estamos viviendo. ¿Para que estas diciendo que "si"?, ¿es realmente importante para vos?, ¿con que te estas comprometiendo?. Los invito a empezar a responder, a dejar de decir que "si" automáticamente, a poner una parada reflexiva entre ese "botón" y tu "reacción". Es como cuando haces un viaje largo, si lo haces del tirón seguramente llegues cansado, fastidioso y no puedas disfrutar los primeros días de estadía, en cambio, parar a dormir en alguna ciudad o simplemente tomarte un café por ahí, te permite llegar mas consciente y preparado para lo que viene.
Muchas veces nos pasa que experimentamos una brecha entre nuestras convicciones y acciones. Una cosa es lo que pensas que es correcto y otra como respondes desde la acción ante ello. La idea de este artículo es que empieces a cerrar esa "brecha". Acercar tu convicción a tu accionar te acerca a la integridad, y la integridad es el camino hacia la paz y el orgullo propio, es decir a tu autoestima.
Esto suena muy lindo, pero es muy difícil de hacer. Creo que la clave está en empezar a definir cuales son los principios y valores fundamentales que van a guiar tu manera de comprometerte tanto con otros como con vos mismo/a. Es tomar consciencia y profundizar en las causas que te llevan a tomar ciertos compromisos.
Nuestros compromisos solo tienen la capacidad de satisfacernos a nosotros mismos. Si disfrazamos un compromiso y lo escondemos tras la satisfacción de otros, nos sentiremos poco motivados a cumplirlo. Hacete la siguiente pregunta, ¿A qué me estoy comprometiendo?.
Blanco sobre negro...
Cada vez que le dices "sí" a una cosa le dices "no" a todas las otras cosas que podrías haber hecho con los recursos que ahora deberás utilizar para hacer esa cosa.
El "sí" en el frente significa un "no" en el fondo y el "no" en el frente significa "sí" en el fondo. Le decís que si a tu juntada con amigos y al mismo tiempo le estas diciendo que no a trabajar en tu proyecto, le decís no a hacer deporte pero si a seguir escribiendo. El blanco se solapa sobre el negro y siempre que nos comprometemos a algo, nos descomprometemos con otra cosa. A las oportunidades que "perdes" al hacer esto las podemos llamar "costo de oportunidad".
El costo de oportunidad es un término económico, decir que si o que no, es una cuestión de recursos. Lo primero que aprendí en mis clases de economía de la facultad es que los recursos siempre son escasos, sacar el máximo beneficio de ellos no significa hacerlos infinitos, sino que saber como "gestionarlos" adecuadamente. Si tomo la decisión de gastar todo mi dinero en regalos tal vez tenga problemas para invertir en mi negocio. Toda decisión que tomamos tiene intrínseco un costo de oportunidad. ¿Cuál es la ganancia que dejaste de percibir por usar los recursos en ese "sí" y no en lo que realmente querías hacer?.
"Emprender es enfrentar la incertidumbre combinando recursos presentes para modificar el futuro. El emprendedor actúa para transformar el futuro que prevé en uno más deseable. Todos somos emprendedores de la vida. Si tomamos la decisión acertada tenemos ganancias que maximizan nuestra felicidad. Si tomamos una decisión equivocada tenemos pérdidas ya que derivamos hacia un futuro menos bueno del que podríamos haber generado con los recursos que teníamos disponibles en el momento de la decisión, es decir el costo de oportunidad es mayor al beneficio" - Fredy Kofman.
Usemos este costo de oportunidad un momento para estudiar el tema de pedidos y promesas. Podes comprender cómo, aún cuando en el momento parezca más conveniente decir sí en lugar de "no" tu decisión puede ser "equivocada" si comprometés tus recursos en cumplir con esa promesa en lugar de destinarlos a otra cosa más valiosa para vos.
Cuando decís sí haces feliz a quien te pidió algo. ¿Cómo puede ser malo esto?. El problema es que decirles sí a los demás sólo por hacerlos felices es decirte no a vos mismo/a. Decir que sí sin considerar tus preferencias es usar tu tiempo, tu energía y tus recursos para perseguir los fines de los demás y no los tuyos. Satisfacer las necesidades de otros mientras las tuyas permanecen insatisfechas es un camino seguro a la amargura y al resentimiento. Con esto no quiero decir que no digas que sí, simplemente que ese "sí" este alineado con tus valores y deseos. A veces nos comprometemos a muchas cosas con el objetivo de satisfacer deseos que no son nuestros o que responden a un aspecto exigente de nuestro ser, esto la mayoría de las veces nos deja sin energía para vivir nuestra vida y conduce en algunos casos a problemas de salud, hipertensión, enojo, ira, malhumor, etc.
¿Cuántas veces te pasó de hacer algo que no querías hacer?, ¿cómo te sentiste después?. Y por otro lado, ¿de quién termina siendo la responsabilidad de no cumplir con tus metas y objetivos?. Tengo que decirte que por más presiones que recibas de tu entorno, la responsabilidad es tuya.
¿Por qué tanto sí?
Una de las razones por la que nos cuesta decir que "no" esta relacionada a no tener claro que cosas preferimos. Me ha pasado en muchas sesiones de coaching que cuando les pregunto a los clientes ¿por qué crees que no estas consiguiendo los resultados que esperas?, la respuesta automática es decir "no tengo tiempo". Como si pudiéramos controlar el tiempo. Como si este fuera un recurso que no tenemos siempre a disposición para nosotros. Es gracioso, por ejemplo no siempre tenemos dinero o hasta energía para hacer ciertas cosas, pero el tiempo está siempre ahí disponible. El problema no radica en no tener este recurso, es que simplemente no sabemos donde usarlo.
Si no sabes que es lo "esencial" para vos quedas indefenso/a frente a lo superfluo, frente a esas cosas que no representan un "valor" en tu vida. En cambio si lo sabes contas con una especie de escudo contra los "pedidos secundarios" y te podes enfocar en tus objetivos. ¿Qué estoy postergando si digo que sí a esto?.
Pero hay un problema que es aún más grande, cuando decís que no te expones a posibles conflictos en tus relaciones. No es fácil muchas veces decirle que no a un amigo que te necesita, en pos de invertir ese tiempo en tu emprendimiento. Es probable que cuando tu respuesta sea no, las personas se frustren, enojen o decepcionen. Los seres que te consideran alguien valioso lo hacen desde aceptar que como ser único e independiente tenés la capacidad de elegír que hacer en cada momento, la libertad es el primer paso para apreciar a alguien. "Si ves una rosa y la arrancas de raíz porque te parece bonita, no la estas amando, le estas privando su libertad de seguir creciendo".
Para ejercer tu autonomía esta bueno que priorices el respeto antes que la popularidad. Y a veces esta bueno poner distancia de quienes no te respetan porque te tratan como a un recurso al que valoran solo mientras pueden aprovecharlo. Se que esto suena durísimo, pero nos enfrentamos a estas situaciones todos los días.
La gente que te respeta tiene algo en mente, sabe que si no podés decir que "no" conscientemente, tampoco vas a poder decir que "sí" conscientemente. Tu "sí" lamentablemente no sería sincero, solo una pulsión, una reacción y no una decisión. Imagínate lo cínico de un ladrón que exige tu dinero a punta de pistola y se despide diciendo "gracias por tu generosidad".
En palabras de Steven Covey "lo más importante es mantener lo más importante lo más importante".
Con esto no quiero alentar los comportamientos egoístas, sino que todo lo contrario. Te invito a aplicar todo esto también cuando vos haces pedidos. Considerar el tiempo del otro como un recurso valido de su capacidad como ser humano te lleva a construir relaciones más estrechas y verdaderas.
Esencialismo
Aprender a decir que no, en el momento que tenemos que hacerlo, de una manera asertiva, inteligente y acertada es muy difícil. Para lo cual un concepto como el esencialismo puede ayudarnos.
Según Greg McKeown autor del libro "Esencialismo", esta disciplina se orienta a hacer las cosas necesarias para lograr los resultados más importantes y nada más. No significa simplemente hacer menos por hacer menos. Significa invertir tu tiempo y energía de la forma más sabia posible para operar en el punto de tu "mayor contribución" haciendo solo lo esencial.
El esencialismo se basa en tres fundamentos
Vos elegís.
Solo unas pocas cosas importan realmente.
Podés hacer cualquier cosa pero solo "una" cosa.
Vos elegís
Vos elegís cómo disponer de tu tiempo, tu energía y tus recursos. Sos el único dueño legítimo de tu vida, tu libertad y tu propiedad. Tenés el inalienable derecho de utilizar estos recursos para perseguir tu felicidad como mejor te parezca con la sola restricción de no infringir el igual derecho que tienen los demás. Aún cuando otros pueden presionarte mediante la amenaza o el uso de la fuerza para que destines tu propiedad y tu tiempo a su felicidad, la decisión final es tuya. Me limitaré a recordarte que tenés en todo momento el poder de escoger tu respuesta, de responder y no de reaccionar. No podés deshacerte de ese poder aunque vos quieras. Si olvidas esto y escogés inconscientemente terminarás por someterte a los designios de los demás.
Solo unas pocas cosas importan realmente
Esto implica que la mayoría de las cosas que haces en tu vida importan bien poco y unas pocas cosas importan mucho. La clave es determinar qué acciones pertenecen a cada categoría y obrar en consecuencia. Vivimos en un mundo donde casi todo es irrelevante y unas pocas cosas son excepcionalmente importantes. Enfocarte en estas últimas es el secreto de la productividad y la felicidad. Según el principio de Pareto el 80% de los resultados proviene del 20% de los insumos.
En tu vida pasa lo mismo, el proceso en el cual empezas a decir que "no" a lo que no te suma parte del autoconocimiento. Siempre digo lo mismo, podes leer cualquiera de mis artículos y esto va a estar presente, entender cuales son aquellas cosas que dan más resultado en tu vida parte de saber interpretar las señales que te da tu cuerpo, los indicadores emocionales e interpretar como ellos se relacionan con tus pensamientos y creencias.
La base no está en hacer más cosas, sino en aprender a combinar las que ya haces, que te brindan resultados que vos consideras "positivos" y generar "sinergias" entre ellas.
La palabra "Esencial" viene del latín y significa: "Relativo al ser, a la naturaleza". Saber quien sos y cuales son tus valores es fundamental para aprender a decir que "no" de manera inteligente. ¿Para qué haces lo que haces?, ¿qué te lleva a enfrentar tal o cual desafío?, ¿qué cosas te apasionan?, la lista de preguntas puede ser infinita.
Podés hacer cualquier cosa pero solo "una" cosa
Los recursos escasos son una realidad, realidad con la que tenemos que vivir todos los días. Por eso una de las funciones más importantes de nuestro cerebro es aprender a decidir eficientemente. ¿A cuál misión querés dedicarte específicamente?.
"El esencialista vive por diseño y no por deriva". En palabras de McKeown "esencialismo es un método disciplinado y sistemático para determinar dónde está tu mayor contribución y enfocar todos tus recursos en eso".
¿Cuál es tu "punto" de mayor contribución?. Esta pregunta la podemos responder de muchas maneras posibles, pero para ordenarnos un poco te recomiendo que la centres en 3 aspectos. Vocación, talento y servicio. De la combinación de estos 3 elementos surge ese "punto" o "misión" del cual hablamos. Te invito a responder las siguientes preguntas:
¿Qué te inspira y apasiona?. (Vocación).
¿Qué podés hacer mejor que nadie?. (Talento).
¿Qué necesita el mundo?. (Servicio).
La clave de tu efectividad es tu disciplina para decir frente a cualquier oportunidad desalineada con tu misión, "no es para mí". Esto requiere algo más que disciplina mental. Necesitas también disciplina emocional para decir "no" y frustrar a quienes esperan que postergues tu misión para dedicarte a la suya.
Estudios relatan que los arrepentimientos mas frecuentes de las personas con enfermedades terminales se presentan en frases como: "Lamento no haber tenido la valentía de vivir la vida que yo quería vivir, en vez de la vida que otros esperaban de mí".
¿Vas a depositar la responsabilidad por el desarrollo de tu vida en lo que deseen otros?.
Volviendo a la dificultad:
Quiero profundizar un poco más en las razones por las cuales decimos que "sí" la mayoría de las veces. Somos seres sociales, crecimos para actuar en reciprocidad con nuestro entorno y entendemos que si cumplimos con los deseos que este tenga nos va a responder en consecuencia. Decir que sí a todo es una conducta que aprendemos desde niños, percibimos que haciéndolo encontraremos la aprobación de las personas que queremos y más aún de las que todavía no tienen un vínculo con nosotros. Decir que sí es sumamente humano, pero decir que no también.
Consideremos algunas de las razones por las que tal vez tiendas a decir "sí" cuando deberías decir "no". Revisá cuanto se ajusta cada una a tu caso.
Agradar: Podés adquirir el aprecio de los demás al complacerlos, pero si ese es el fundamento principal de la relación, y si tenés miedo de que ese aprecio se derrumbe frente a un "no", la conexión que sentís por esa persona es tan ilusoria como el amor comprado.
No ofender: Cuando alguien se siente ofendido por tu no, afirma tener un derecho adquirido sobre vos. O tal vez se ofenda por su propia inseguridad. Vos no les causas el malestar son ellos quienes se lo causan a sí mismos con sus pensamientos y creencias. Nadie más que tú tiene derecho a tus recursos sin tu consentimiento.
No decepcionar: No eres responsable de "su" decepción. Cuando le decís "no" La sensación de ser defraudado viene de sus "expectativas" no cumplidas independientemente de que esas expectativas sean legítimas o no. Sólo las expectativas legítimas, es decir, basadas en promesas generan derechos y obligaciones. Moraleja, no prometas cosas que no vas a poder cumplir y no esperes cumplir cosas que no prometiste.
No ser egoísta: Cuidarte a vos mismo no es egoísta. Es necesario. Si le decís constantemente sí a otras personas poniendo sus prioridades por encima de las tuyas no tendrás el tiempo o la energía para cuidar de vos mismo y lentamente te volverás amargado, cínico y miserable. "Un ser que no se ama a si mismo no puede entregar amor a otros".
Ayudar: Saber que contribuís a la felicidad de otro es gratificante en sí mismo. De hecho puede ser adictivo al punto tal que ignores o subordines tus propias necesidades. Si te pasas de la raya corres el riesgo de desarrollar el vicio de sobre-ayudar a los demás buscando a gente dependiente que te permita sentirte bien. Ayudar esta buenísimo mientras cuides tu energía en el proceso.
Afianzar tu autoestima: Si tienes una idea pobre de ti mismo erróneamente creerás que tu tiempo vale menos que el tiempo de otros. Ayudar a la gente es una actividad respetable y hermosa en si misma, ayudar te lleva a aprender del mundo y crecer con el, es un acto de crecimiento reciproco. Pero ayudar a la gente simplemente para sentirte mejor con vos mismo/a solo reforzará un mal hábito que creará resentimiento hacia la misma gente que ayudaste y en general hacia todo el mundo. El tema es que lo terminas haciendo con el objetivo de que esa "ayuda" vuelva en la misma magnitud que la entregaste y esto no siempre sucede así. Ayudá de manera inteligente y regulada, permitiendo también que las personas de tu alrededor afiancen su propia autoestima, si haces todo por los demás no los dejas crecer.
Miedo a perderte algo: Hay un temor generalizado de que otros puedan estar teniendo experiencias gratificantes de las que uno está ausente. El problema no es decir "sí" a las oportunidades. El problema es decir "sí" a oportunidades insignificantes que te dejan sin recursos para perseguir las oportunidades más importantes.
Miedo al conflicto: El problema es que rendirte para evitar el conflicto refuerza la idea de que tus sentimientos son menos importantes que los de los demás. Reconocé que la fricción es inevitable entre los seres humanos ya que tenemos distintas perspectivas, necesidades y deseos que nos llevan a querer disponer de nuestros recursos en formas mutuamente excluyentes. El conflicto no es malo. Nos pone en el camino del aprendizaje. Comprender que cada persona tiene "su verdad", es comprender que podemos construir nuevos conceptos sobre los existentes combinando esas perspectivas, siendo esta una de las claves del consenso. Nadie tiene la verdad absoluta, si tenés la tuya está perfecto, siempre que con la libertad de expresarte desde esa verdad no estés restringiendo la de los demás. En el caso que esto pase, te recomiendo poner en marcha tu sistema de generación de consensos. Hablaré de este tema en futuros artículos.
Miedo al acoso emocional: Este acoso ocurre cuando alguien intenta hacerte sentir asustado, ansioso o insuficiente con el propósito de lograr sus fines. Puede hacerlo de distintas maneras como gritar, insultar, amenazar, humillar, acusar, ignorar, etc. Los acosadores emocionales usan estas tácticas para causar culpa miedo y vergüenza para conseguir que aceptes sus demandas. Decir esto es un poco duro, algunas personas no saben o no se dan cuenta que están incurriendo en estos comportamientos. La comprensión del otro, validación de sus emociones y por ende empatía te van a permitir decir "no" en estos casos de una manera asertiva.
Estos y muchos más son los justificativos desde donde fundamentamos decir que sí a todo y a todos. Comprender cada uno de ellos nos orienta a un entendimiento mas profundo de las razones que nos llevan a hacer cosas que no queremos. La clave esta en profundizar y transformar estos fundamentos en preguntas. Antes de decir que "sí o también que "no", tener estos "fundamentos" en cuenta te va a permitir tomar una decisión mas sensata que te haga sentir orgulloso/a.
¿Cómo decir que no?
Asertividad
Ya sabemos todas las razones por las cuales nos cuesta decir que no, ahora. ¿Cómo hacemos para decir que no?.
Para decir que "no" con firmeza y elegancia tenés que ser asertivo. Asertividad es declarar tu punto de vista respetuosamente sin buscar la aprobación de otros. Es un concepto sobre el que hay libros enteros y miles de conferencias, así que voy a intentar resumirlo lo más posible. ¿Como decir las cosas sin incurrir a la vehemencia y sin quedarnos en silencio por miedo al que dirán?. La asertividad se encuentra en el punto medio. Implica comunicar a los demás tu posición con claridad, sin dejar lugar a la confusión y los malentendidos.
La asertividad no es un atributo de tu personalidad, es una habilidad que se puede aprender y entrenar. La clave está en ser fiel a uno mismo validando las emociones de los demás en el proceso. Lo mismo sucede con nuestros deseos internos, a veces tenemos que ser asertivos con nosotros mismos. Comprender que tenemos emociones y que estas desencadenan comportamientos es fundamental. Empezamos por comprender esas emociones que se nos generan cuando queremos hacer algo, por ejemplo comernos una hamburguesa. Esto no sería un problema si no hubieses declarado que necesitabas bajar 10 kilos para fin de mes. En el momento que le tenés que decir "no" a tu deseo de comer ese manjar, dos partes de tu ser entran en conflicto. La clave en este caso es la asertividad, validamos nuestro deseo de alimentarnos con algo rico, pero le decimos que no a la hamburguesa, tal vez podemos comer algo "rico y sano" sea parte de la solución. Ese punto medio es el punto "asertivo" de la cuestión.
Asertivo no es ni pasivo, ni agresivo. Una persona actúa asertivamente cuando puede decir que "no" sin atacar al otro o a si mismo mientras que respeta su deseo de elegir hacer otra cosa.
Un ejemplo sería: Entiendo que sientas decepción, le dije que no a algo que es importante para vos. Pero si te digo que sí dejo de dedicar tiempo a esto que también es muy importante para mi, tal vez podríamos coordinar nuestro encuentro para otro día. Suena muy cuadrado, pero podemos usar esta estructura comunicativa para la próxima vez que tengamos que declinar un pedido cuidando nuestras relaciones en el proceso. Lo mismo internamente, como lo expliqué en el ejemplo de la hamburguesa.
En resumen, como lo expresa Fredy Kofman: "Ser asertivo es escuchar al otro y luego de asegurarte que lo entendiste, expresar una opinión diferente de manera respetuosa. Ser agresivo es interrumpir al otro e imponer tu perspectiva alzando la voz. Ser asertivo es ser directo al declinar un pedido sin sentirse en la obligación de dar excusas ni explicaciones. Ser agresivo es gritar enojado, descartar al otro y humillarlo como alguien sin importancia. La agresividad es impulsiva y hostil, la asertividad es meditada y respetuosa. Una persona asertiva comunica su mensaje con claridad tomando en cuenta los sentimientos de la otra".
No digas “si” automáticamente
Hacé una pausa y pensá antes de responder a un pedido. Lo expresé antes, solemos decir que sí sin darnos cuenta a que se lo estamos diciendo. Aún con mi compromiso de llevar una vida consciente y de "responder" a los sucesos antes que "reaccionar", muchas veces me encuentro en la situación de decir que sí sin siquiera pensarlo. Es como cuando nos piden algo y decimos bueno dale, y a los 5 segundos nos damos cuenta que no podemos. No me quiero extender mucho acá ya que lo explique antes, pero es increible como tomarse un respiro antes de accionar a un pedido puede llevarnos a tomar decisiones más acertadas. ¿Qué implica que diga que "sí"?, ¿puedo asumir el compromiso?, ¿qué estoy postergando?, etc.
Decí que “no” sin excusarte o explicarte
Al justificar tu negativa invitas al debate sobre los méritos de tus razones. Por ejemplo me ha pasado que al explicarle a alguien que no tengo lugar en mi agenda para atender su consulta comienza una discusión que sigue con "sólo le tomará un minuto". Varios minutos más tarde termino diciendo "no" decisivamente sin explicación, ni excusa luego de haber gastado tiempo energía y reservas emocionales en un debate estéril. "No", es una palabra mágica para adueñarte de tu vida. Recordá que es una oración completa por sí sola y actuá en consecuencia.
Siento que en algunos casos, y con esto espero no contradecirme, resulta óptimo dar una breve explicación. Un "no" seco puede llevar a falsas expectativas y a que el mensaje no llegue correctamente al interlocutor. Todo depende del conexto en el cual nos encontremos. Lo que quiero decir con "no" sin excusarte es que le quitemos el peso "negativo" que le dió la sociedad al "no". Declinar un compromiso no está mal, siempre que respetemos al otro y a nosotros mismos en el proceso.
Decí “no” en vez de “no puedo”
Decir "no puedo" te conduce a un aspecto victimista del ser. No es que no podes, es simplemente que elegís hacer otra cosa en ese momento. Elegir nos conduce al aspecto responsable del ser. Si no vas a hacer algo, lo haces porque tomas la decisión de invertir tu tiempo y energía en otra cosa.
Por ejemplo, en vez de decir: No puedo ayudarte a escribir el reporte, decí no "quiero" ayudarte a escribir el reporte porque quiero volver a casa temprano para estar con mi familia o no "voy" a ayudarte a escribir el reporte porque estoy muy cansado.
No demores innecesariamente
Cuando preguntas ¿puedo contestarte más tarde?. O pedís, déjame pensarlo sin explicar porque ni en qué plazo responderás solo logras demorar lo inevitable. Esto es una mala idea. En primer lugar deja en suspenso al que pide y le da una esperanza de que aceptarás cuando tú sabes que eso no es lo que quieres o puedes hacer. Además de esta manera no buscará ayuda de otros de inmediato confiando en que la recibirá de vos. Cosa que puede alegar en tu contra cuando finalmente rechaces su pedido. En segundo lugar te hace parecer indeciso/a lo que podría incentivar a que pongan mayor presión sobre vos. En tercer lugar la demora te hace perder más tiempo del necesario en declinar directamente.
Si necesitas tiempo para pensar una respuesta exprésalo y al mismo tiempo pone un plazo para la misma.
Contraofertá, condicioná, o sugerí
Podes decir no estoy dispuesto a hacer X pero si me comprometo a hacer Y. Al ofrecer una alternativa suavizas la aspereza del "no". Por ejemplo: "Podría ayudarte, pero luego del mediodía ya que tengo toda la mañana ocupada".
Si te resulta difícil decirle "no" a alguien con quien tienes trato frecuente, especialmente si es una persona con autoridad sobre vos, podes explicarle que para cumplir el nuevo pedido deberías liberar recursos postergando alguna otra promesa que ya le hayas hecho. Podes decir por ejemplo: "Podría acompañarte en el viaje de negocios pero entonces no podría atender al cliente que vendrá a visitarnos el jueves. ¿A qué sugerís que le demos prioridad?.
Da una razón o regla
Tu razón puede ser una regla general que has decretado o acordado con el otro. Definir de antemano qué clase de ayudas estás dispuesto a dar y qué clase no estás dispuesto a dar te permite explicar por qué declinas un pedido. Por ejemplo yo tengo la regla de que después de las 22 hs no hago sesiones de coaching. Poner una regla te permite ahorrar tiempo y energía a la vez que proyecta seguridad en vos mismo/a.
Comprometete con tu “no”
Esto lo logras dándole importancia a lo que "sí" queres hacer con el tiempo que te despeja declinar un pedido o deseo que tengas. El compromiso esta en lo que vas a hacer, y no en lo que declinas. A veces simplemente tenemos que estar comprometidos con descansar esta es razón suficiente para decir que no. Me pasó muchas veces de hacer cosas cansado por alguna de las razones que vimos antes y hacerlo de mala gana con resultados que no aportaron nada a mi vida. Cuando declaras un compromiso estas construyendo y diseñando tu futuro.
Recuerda que puedes decir “no” aun luego de haber dicho “si”
¿Alguna vez continuaste invirtiendo tiempo y esfuerzo en un proyecto que te hubiera convenido abandonar y así recortar tus pérdidas?.
Todos podemos cambiar de opinión, lo importante es hacerlo a tiempo y de manera consciente. A veces no tenemos en claro que es lo que vamos a hacer con nuestro tiempo y nos damos cuenta cuando estamos realizando aquello que decidimos no declinar. En el caso de que haya otra persona implicada lo correcto sería pedir disculpas y ofrecer alternativas para reparar el daño causado. Por otro lado si es con vos mismo, no te preocupes, puede pasar que tengas ganas de hacer otra cosa o que en el camino tomes consciencia de que lo que haces no te está aportando nada. Acodate que siempre podes utilizar las experiencias como punto de inflexión para aprender y tomar mejores decisiones en el futuro. Todo parte de estar atento a los indicadores emocionales.
Recapitulemos
Cuando decís que "sí" a algo le estas diciendo que "no" a otra cosa.
Existen muchas razones por las cuales nos cuesta decir que "no" desde el miedo a la no aceptación a perderte de una oportunidad.
Al decir que "sí" cuando queremos decir que "no" incurrimos en un costo de oportunidad.
Tener en claro que es lo esencial para tu vida es lo principal para determinar a que sí querés comprometerte. En este caso tener en claro tu misión y propósito personal puede ser de gran ayuda.
Decir que "no" es completamente normal y no es algo malo en si mismo. Te permite usar tus recursos sabiamente y gestionarlos de maneras eficientes.
La asertividad es la principal herramienta que tenemos para decir que no y cuidar nuestras relaciones tanto con nosotros mismos como con los demás en el proceso.
FIN
Gracias por leerme, los escucho, tienen mis redes de contacto, pueden usarlas para comentarme que les hizo sentir esta reflexión y por supuesto de que temas les gustaría leer. Cualquier cosa es bienvenida. Sigamos sembrando juntos que algo lindo va a salir...
Un saludo y que tengan un lindo día.
VG - Coach.

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