Una reflexión sobre el aprendizaje...
- valentin galesio
- 19 abr 2022
- 6 Min. de lectura
Actualizado: 27 may 2022

Ritmo y Armonía
¿De que hablamos cuando hablamos de Aprendizaje?. Desde mi visión el aprendizaje esta íntimamente relacionado con el "Ritmo" y la "Armonía".
Podemos definir el Ritmo como "la forma de sucederse y alternar una serie de cosas (movimientos, palpitaciones, acontecimientos, etc.) que se repiten periódicamente en un determinado intervalo de tiempo". De buenas a primeras esta definición ya nos esta diciendo muchas cosas, aprender depende en un principio de una variable fundamental, "el tiempo". Sin tiempo, no podríamos avanzar ni experimentar vivencias. El tiempo y nuestra forma de movernos en el determina nuestros ritmos de aprendizaje.
Me quiero centrar ahora en la palabra "sucederse". Para poder aprender, necesitamos que pasen cosas y "cosas" es una palabra muy abarcativa. Las cosas contienen matices y esos matices hacen que las mismas "sucedan" de maneras y con intensidades muy diferentes entre si. Este ritmo o alternancia de cosas que se suceden en el tiempo es lo que nos permite aprender. Si todo sucediera a un ritmo constante entonces sería imposible aprender algo.
La Armonía por otro lado alude al equilibro de las proporciones entre las diferentes partes de un todo, este concepto suele estar íntimamente relacionado con la belleza. El desafío está en hacer que nuestros ritmos de aprendizaje "se sucedan" en armonía y que por supuesto formen parte de un todo.
Un aprendizaje completo es aquel en el cual mas allá de las alteraciones el individuo se construye en un todo completo y equilibrado.
Las plantas del desierto suelen ser mucho mas densas y resistentes que sus compañeras de zonas tropicales, esto es así ya que para poder sobrevivir tuvieron que hacer de si mismas un "todo" que se adecúe a su entorno hostil. La armonía es equilibrio y el equilibrio surge de la adaptación.
Ritmo y Armonía, danzan en conjunto para construir un todo completo, equilibrado y adaptativo.
Cuando aprendemos, nos transformamos, no solo "sabemos más", "somos más". ¿Cuál es tu ritmo de aprendizaje?.
"El aprendizaje es en gran medida un proceso empírico y experiencial".
Una mirada Ontológica
Cuando aprendemos sobre nosotros y sobre el universo, nos transformamos. Nos convertimos en seres conscientes de nuestros estados de ánimo, conversaciones internas, pensamientos limitantes, corporalidad, y mucho más.
Normalmente el "Aprendizaje tradicional" se concentra en el "saber" y en aquello que se puede "probar":
¿Se puede tocar?
¿Se puede medir de alguna forma?
¿Hay un fundamento teórico que lo sostenga?
¿Está dentro de lo que se ve?
A partir de esto, podríamos decir que eso sí es "Saber", sin embargo, este tipo de aprendizaje no tiene en cuenta aspectos del Ser, o de ese "todo equilibrado" que construimos al aprender, tales como: las emociones, el espíritu y nuestro mundo interior.
Con el pasar del tiempo, el "mundo interior" se ha ido convirtiendo en una imaginación. No se toca, no se mide, no se conoce cómo funciona ni se entiende; pues como sabemos, las emociones no pueden medirse en el sistema métrico decimal.
La sensación de dolor ante la perdida de un ser querido.
Las lágrimas de alegría de un reencuentro muy esperado.
El bienestar que nos produce crear cosas nuevas.
Por lo tanto podemos decir que "el mundo interior" y el "aprendizaje actual" están en problemas.
El Coaching Ontológico surge como necesidad de conectar nuevamente esos dos mundos.
Estamos expuestos a diferentes estímulos emocionales donde algunos nos permiten acercarnos a los demás y otros estímulos nos alejan. El punto clave para aprender una nueva manera de responder asertivamente a esos mundos emocionales de los demás, es reconocerlos en nosotros mismos, distinguirlos, explorarlos y encontrar distintas maneras de administrarlos para lograr vínculos más poderosos, y para saber movernos dentro de esos territorios.
Algunas veces tendremos ganas de quedarnos y otras querremos salirnos de allí. Pero ¿Cómo sabremos a donde ir si no distinguimos qué mundo emocional habitamos?.
Este es el desafío que enfrentamos como humanidad. Aprender otras maneras de entender nuestro Lenguaje y nuestras Emociones.
La Brecha
Entre aquello que queremos lograr y donde estamos hoy se encuentra una brecha, ¿de que está compuesta esta brecha?, ¿qué se encuentra entre el hoy y tu situación ideal?. Las respuestas varían de persona a persona pero suelen estar asociadas a los denominados “enemigos del aprendizaje”. Para lograr cosas nuevas, debemos en principio re-interpretar lo viejo y luego incorporar y aprehender lo necesario.
Me gusta pensar esta "Brecha" como un camino que tiene un "Ritmo" propio y nos conduce a una "Armonía" especifica. Ese ritmo oscilante tiene como principal responsable a nuestro "Mundo Emocional". Como diría Rafael Bisquerra, nuestra constelación de emociones.
Un gran enemigo del aprendizaje
Basándose en presupuestos expuestos por Rafael Echeverría en su libro “Ontología del lenguaje” podemos plantear que como seres humanos somos seres lingüísticos, necesitamos del lenguaje para dar sentido a la realidad que nos atraviesa día a día.
Para decir que una manzana es una manzana, necesitamos tener la distinción “manzana”, sino esta podría ser una pera, un pelón, o cualquier otra cosa. El tema es que las construcciones lingüísticas varían de acuerdo a la cultura y sociedad en la que estemos inmersos, es el caso de las vacas sagradas en la india, cuando en nuestro país las mismas son alimento corriente en nuestra mesa. Es así que en la identificación de un objeto, persona, situación, etc, intervienen diversos factores llamados “estructura de referencia”, que van desde la personalidad y experiencias a la cultura de la persona que intenta realizarla.
Derivado de esto podemos plantear una segunda premisa, “no sabemos cómo las cosas son, solo sabemos cómo las observamos, vivimos en mundos interpretativos”.
Cada persona interpreta la realidad de una manera diferente dependiendo de su “estructura de referencia”, y gracias a esta misma adquiere una serie de “distinciones” que le permiten interpretar los sucesos de diversas maneras.
De esta manera lo que para mi puede ser algo bello para otra persona puede ser horrible, siempre que lo veamos desde nuestra estructura.
A esta altura deberán estarse preguntando ¿qué tendrá que ver esto con los enemigos del aprendizaje?, que justamente ver la realidad desde nuestra estructura de referencia, hace que tomemos en cuenta sólo “nuestras distinciones” para dar sentido a la realidad. Partiendo de esta base, imaginemos un cuadrado que representa todo lo que existe y es capaz de aprenderse, como seres humanos no sabemos todo lo que existe ni tenemos la certeza absoluta de el por qué y para qué se dan los acontecimientos, sin irnos a razonamientos filosóficos complejos, dentro de este cuadrado se encuentra, lo que sé que sé, lo que se que no sé y lo que no sé que no sé. Lo que "sé que sé" y lo "que se que no se" representan un simple puntito en esta amalgama infinita de conocimiento.
El problema aquí radica en el momento en el cual tengo que relacionarme con otras personas, podríamos plantear que ante este hecho se producirá un “choque de puntitos” en el cual tenemos dos opciones. Podemos quedarnos con lo que sabemos que sabemos o “abrirnos al aprendizaje” y expandir nuestro conocimiento un puntito a la vez. E aquí nuestro primer y más importante enemigo del aprendizaje, como podrán deducir, somos nosotros mismos. Existe un mundo afuera de mi puntito que es, como lo expresamos anteriormente, "lo que no se que no se", aquello que no se y que no soy consciente de que existe, un mundo repleto de posibilidades, al alcance de todos nosotros.
Aseverar, “no necesito aprender nada, ya lo se todo” es a estas alturas ilógico, por ello la pregunta es: ¿Qué pasa con aquellas personas que pretenden saberlo todo?, pretenden defender su “propia imagen pública” convirtiéndola en su principal limitante al aprendizaje.
"Expresar que mi verdad es la única que existe, no solo es desacreditar al otro, sino que es cerrarme a la oportunidad de aprender, crecer y trascender".
Existen variados enemigos del aprendizaje que nos limitan y no nos permiten acortar esta “brecha” de la que hablamos al principio. Entre ellos encontramos,
Emitir juicios sin fundamento
Ser adicto a las respuestas
Des-autorizar a los demás
Forzarnos a tenerlo todo claro,
No preguntar
Hacer del tiempo tu enemigo por defecto
Aseverar que “yo soy así y no puedo cambiar”
Existen miles y cada persona tiene uno similar, ¿Cuál es el tuyo?.
Bolsa de preguntas
Los Invito a explorar sus ritmos de aprendizaje y hacerse las siguientes preguntas:
¿Qué emociones te surgen cuando estas frente a algo nuevo?.
¿Cómo podes hacer para que las dificultades del entorno se conviertan en tus aliadas del aprendizaje?.
¿Cuáles son esas "verdades absolutas" que no te permiten abrirte a lo nuevo?.
¿En que ámbito de tu vida sentís que lo tenés "todo claro"?.
¿Qué te hace falta preguntar?.
Hace una línea de tiempo de tu vida, ¿podes identificar ahí tus ritmos de aprendizaje?, ¿en que momento la situación "sucedió" de manera tan intensa que tuviste que pegar un giro de 360°?.
FIN
Gracias por leerme, los escucho, tienen mis redes de contacto, pueden usarlas para comentarme que les hizo sentir esta reflexión y por supuesto de que temas les gustaría leer. Cualquier cosa es bienvenida. Sigamos sembrando juntos que algo lindo va a salir...
Un saludo y que tengan un lindo día.
VG - Coach.

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